15 julio, 2012
Hace aproximadamente medio siglo, nadie llamaba rosados a unos vinos que estaban entre los blancos y los tintos. Existía el clarete que, dependiendo de su procedencia, variaba su intensidad de color. En Haro, resultaban tintos poco cubiertos mientras que en otras zonas eran bastante más claros como el famoso “churrillo de Burgos” hasta los “ojos de perdiz”, ambos vinos españoles. Las primeras marcas vinícolas españolas que adoptaron el termino “roseé” (rosado). Fueron “Las campañas” y “Renné Barbier” en los años 50, aprovechando la fuerte popularidad de Rossé de Provence y de Bearn, entre otros, para así evitarse el problema de Read more…